lunes, 12 de agosto de 2013

¡Viajeros al terraplén!

Está claro que no puedo irme de viaje sin que me pase algo...

Ayer estaba de vuelta en el tren París-Ámsterdam. Cuando compré el billete hace un par de meses estaba un poco decepcionada con que tuviera que pillar el tren bastante temprano, pero después del palizón que nos dimos en el viaje por Bretaña (que ya contaré, que tiene más "momentos Eva") me gustaba la idea de llegar a casa a media tarde.

Pues no. Porque cuando por fin estábamos cerquita de Róterdam, se para el tren. Al cabo de un rato anuncian que estamos parados porque hay mucho tráfico. Empieza a dar el sol por la ventanilla. Mmm, guay.

Pasan 5 minutos y ahora resulta que el tren se retrasará 30 minutos por problemas técnicos. Jooo que me duele el culo ya de estar sentada :(

A los 10 minutos vuelven a dar un aviso y ya llegamos a los 50 minutos de retraso. A los 5 minutos ahora resulta que hay un problema de señalización y el restraso es de 1 hora. 

No puedo dejar de señalar el detalle, tan holandés por otro lado, de que nos anunciaron que el coche-bar estaba situado en el vagón número 4. A río revuelto, ganancia de holadeses, perdón, pescadores.

Y ya por último, cuando llevábamos una hora en ese tren (yo al lado de un adolescente holandés al que le cantaba el alerón que no veas) nos dicen que van a evacuar el tren y llevarnos en autobús.

Flipante, oye.

Nos tocó caminar hacia un vagón en el medio del tren y bajar por unas escalerillas que nos instalaron para bajarnos. Ahí en medio de un terraplén ayudados por señores de ProRail con chaleco fluorescente y casco.

Si es que lo que no me pase a mí...

No hay comentarios:

Publicar un comentario